¿Servirán medicamentos como sildenafil para reforzar una sexualidad masculina, frenética, egoísta, sólo interesada en la penetración y con nula expresión de la emocionalidad? barrios argumenta que, por fortuna, esto no es así, y que se está produciendo una interesante paradoja: además de favorecer la erección, estos fármacos propician lo que el autor llama firmeza emocional, condición indispensable para un mejor desempeño sexual, con un notable incremento de la calidad erotismo en la pareja. El resultado indica que lejos empobrecer la vida erótica, esos medicamentos, informada y razonadamente usados, contribuyen a forjar mejores amantes.