"Uno de los rasgos que distingue a esta colecciĂłn de relatos es la precisiĂłn con que Gustavo Lanzaro describe y desarrolla el mundo de sus personajes, previamente enrarecido por la mirada del narrador. Las miserias, los deseos, los recuerdos, las fantasĂas son tratados con tiempo, sin apuro, con la certeza de que siempre hay algo mĂĄs allĂĄ de la anĂŠcdota que la literatura debe revelar. Lo hace, y produce lo que quizĂĄs sea el mayor mĂŠrito del libro: compone el espacio de las historias de modo que el lector sienta lo mismo que el narrador y a la misma velocidad. Hay una magia en esa manera de dialogar con el lector a propĂłsito de lo inquietante, ambiguo, de la realidad, como si la escritura lo volviera cotidiano; Lanzaro lo hace en todos los cuentos, con un sello absolutamente personal" (Roberto Appratto).