El hombre comprenderĂa al final que no serĂan los grandes cataclismos, los tsunamis, las guerras entre los Ășltimos paĂses, la ambiciĂłn o la codicia de algunos elegidos, los desastres ecolĂłgicos, las calamidades, la oscuridad o las armas nucleares las que destruirĂan este mundo, sino simplemente la soledad. Los silencios infinitos son el vacĂo aterrador que queda en la tierra de los muertos