¡Cuán paradójica disciplina es la semiótica! Está en todas partes y en ninguna a la vez. Intenta ocupar un lugar donde confluyen varias ciencias: antropología, sociología, psicología social, psicología de la percepción y, más ampliamente, ciencias cognitivas, filosofía —especialmente epistemología—, lingü.stica y disciplinas de la comunicación. La semiótica pretende, por añadidura, aplicarse a objetos tan diferentes que su enumeración parecería breve en un inventario al modo de Prévert, o en un collage surrealista: artes del espacio, sintomatología, derecho, meteorología, moda, lengua, ¿qué sé yo?… A fuerza de abarcarlo todo, acaba, sin duda, por apretar muy poco. Porque, salvo en caso de megalomanía, sus practicantes no pueden tener la pretensión de dominar los pormenores de cada una de estas disciplinas, de cada uno de estos objetos, pues ¿quién podría ser a la vez psicólogo y antropólogo, meteorólogo y especialista en imágenes médicas?