Este libro pone en discusión certezas, ortodoxias y mitos; nos deja, por el momento, preguntas sin respuestas. La certidumbre y la predictibilidad hacen parte del capitalismo, sin embargo el camino de la autonomía y la emancipación social es un camino lleno de dudas y sin resultados rápidos, para el cual hay que armarse con grandes dosis de alegría, paciencia e ironía. Sabiendo que la incertidumbre es una oportunidad para resistir, crear y experimentar nuevas respuestas que no reproduzcan al Estado dentro de nosotros.
El autor nos señala las dificultades de actuar en un período en que todo cambia, cuando las organizaciones que nos dominan se modifican y asumen nuestros discursos, nuestras prácticas y nuestros modos de relacionarnos, requiere algo así como desaprender lo aprendido y empezar de cero. Sí, de cero, pero sin olvidar nada de lo que hicimos.
La crisis actual, el abismo que produce el derrumbe de las certezas, conlleva al mismo tiempo nuevas posibilidades emancipatorias y como dice Rafael Barret: "la humanidad es un caos, sí, pero un caos fecundo".