Jordi, nacido en una familia tradicional y de arraigado apego a la tierra, estudiante de arquitectura en Barcelona, es captado por un compañero de curso para formar parte de un grupo aparentemente inocuo, dedicado a promover la lengua y cultura catalanas. Al mismo tiempo que va descubriendo la naturaleza del grupo, conoce a una joven murciana, Fuensanta, desplazada a Barcelona por razones de trabajo. Ambos inician un idilio amoroso ajeno a la actividad "patriótica" de Jordi. Este se enfrenta pronto a las exigencias del grupo, abiertamente radical e independentista. Su ingenuidad y su progresiva implicación en las actividades del grupo le arrastran paulatinamente a colaborar en la planificación y realización de un secuestro de naturaleza política y contrario a sus convicciones, creando en él un fuerte conflicto interno, que es incapaz de superar y acabará definiendo su destino