La propuesta de Inés Sotelo apuesta por la creación de un dispositivo de atención y tratamiento de la urgencia subjetiva siguiendo la lógica y la enseñanza de la experiencia analítica. El lector encontrará no solo una descripción detallada de lo que supone tal dispositivo sino también la exposición de la ética que orienta esta clínica. Se trata, en efecto, de una "política del síntoma" en el sentido que Jacques Lacan dio a ese término. Recibir al sujeto en la urgencia según este principio cambia muchos de los presupuestos que a veces se dan por demasiado sentados a la hora de diseñar una política de salud mental. En varios lugares de este libro se subraya la frecuente contradicción que aparece entre los fines de la institución, que tienden necesariamente hacia un "debe valer para todos", y los medios que el practicante pone en marcha cuando se orienta en una clínica que solo "vale uno por uno". Esta es una tensión no sólo inveitable sino necesaria para localizar lo real en el que se funda toda empresa política, y especialmente en el campo de la llamada "salud mental". Del Prólogo de Miquel Bassols