Una joven estudiante de medicina de último año conoce en su clínica de práctica a una pequeña encantadora de nombre Miguela, quien la sorprende con su genialidad y visión poética del mundo.
En la clínica empiezan a aparecer extrañas figuras de origami (se especula que fueron hechas por el fantasma de un paciente japonés), pero no, son los mensajes de amor y alegría de Miguela.
Cada figura esconde un breve relato o reflexión sobre la sencillez y belleza de la vida.