El epistolario de Emilia Pardo Bazán a Blanca de los Ríos constituye el corpus más nutrido de la correspondencia de Pardo Bazán reunido hasta el momento. Se compone de 39 cartas y 45 tarjetas de visita, remitidas las cartas casi en su totalidad desde Galicia, donde la familia Pardo Bazán pasaba la segunda mitad del año, y enviadas las tarjetas, con breves recados, durante los inviernos madrileños, en los que ambas escritoras se veían con más frecuencia.
Se trata, por tanto, de 27 años de correspondencia, que testimonian una amistad ininterrumpida entre ambas escritoras. Corresponden a la época de apogeo de Emilia Pardo Bazán como escritora, a su etapa de definitiva residencia en Madrid, que comenzó en el otoño de 1890 y se dilató hasta el final de su vida. Años durante los cuales Emilia y Blanca compartieron inquietudes personales y profesionales, proyectos literarios y teatrales, problemas familiares y de salud, intrigas electorales en el Ateneo y hasta detalles de la construcción de lo que hoy conocemos como pazo de Meirás.