Desde la antigĂŒedad ha existido un modelo de delito constante y tradicional vinculado al robo, la violaciĂłn, la extorsiĂłn, el saqueo, el asesinato y otros ilĂcitos. Al respecto, resulta estĂ©ril la tarea de intentar vincular la actividad delictiva de algunos grupos aislados o de actuaciĂłn circunstancial en la historia al, sin duda, actual concepto (surgido en las primeras dĂ©cadas del siglo XX) de crimen organizado.
Por otro lado no existe una definiciĂłn consensuada sobre el terrorismo, pero este se caracteriza por llevar a cabo actos violentos con la intenciĂłn de producir daños humanos y materiales sin distinciĂłn de categorĂas, ejecutados por grupos, individuos y Estados que hacen uso sistemĂĄtico del terror y su propaganda para impactar en el imaginario colectivo, intimidar a la sociedad y forzar reacciones polĂticas en pos de sus objeticos, que abarcan un amplio espectro de creencias, ideologĂas o doctrinas.
El terrorismo se diferencia por su carga ideolĂłgica y meta polĂtica de conquistar el poder, caracterĂsticas de las cuales estĂĄ exento el crimen organizado tradicional cuyo objetivo fundamental es el lucro econĂłmico. Por el contrario, el terrorismo se involucra en actividades delictivas para el financiamiento de sus causas.