El tiempo pasado implica bucear en la memoria una y otra vez. Registrar la huella de las imĂĄgenes perdidas. Pero no es posible definirlo en el sentido cronolĂłgico de la palabra. El tiempo pasado se hace presente y se hace realidad a travĂ©s de la escritura. He buscado durante un largo periodo de formaciĂłn, distintas certezas en el mundo arquitectĂłnico que fue cambiando y generando nuevos conceptos. La arquitectura me enfrenta con el enigma de la trascendencia, ya que las obras seguramente perdurarĂĄn en el tiempo, que para uno es infinito. Escribir me permite tomar distancia, ver lo realizado años anteriores, ser un testigo de la vida y de lo construido. Recordar es un pretexto para hablar de algo mĂĄs grande que la anĂ©cdota personal, se trata de una suerte de memoria histĂłrica, en la que el devenir de la historia propia y la memoria de nuestro paĂs, estĂĄ ligada indefectible - mente a mi destino como arquitecto.