El médico y naturalista alemán Karl Hoffmann arribó a Costa Rica a inicios de 1854, con el fin de estudiar la flora, la fauna y los volcanes del país. Sin embargo, mientras ejercía su profesión y se dedicaba a explorar nuestra naturaleza, a inicios de 1856 sobrevino la amenaza de una invasión por parte del ejército filibustero liderado por William Walker, quien se proponía implantar la esclavitud en los cinco países centroamericanos, así como anexarlos a EE. UU. Ante tan grave situación, el presidente Juan Rafael (Juanito) Mora llamó a las armas a la población.
Tal era la reputación de Hoffmann, que lo nombró Cirujano Mayor del Ejército Expedicionario, y muy pronto desplegó sus dotes de excelente y compasivo médico, al auxiliar a los heridos en las célebres batallas de Santa Rosa (Guanacaste) y Rivas (Nicaragua), esta última muy cruenta. Además, apareció en las filas costarricenses el bacilo causante del cólera morbus, que después se diseminaría en el interior del país, hasta matar cerca del 10 % de la población. No obstante, en medio del pavor, emergió la voz de Hoffmann para ofrecer acertadas recomendaciones, con lo que logró salvar centenares de vidas.
En realidad, sus desgastantes labores durante la guerra y la epidemia menoscabaron su organismo, lo cual le causó un padecimiento degenerativo que lo llevaría a la tumba en mayo de 1859, con apenas 35 años de edad, tres meses después de perder a su esposa Emilia, víctima de la tifoidea.
Con este libro, la Editorial Tecnológica de Costa Rica se suma a la conmemoración del bicentenario de su nacimiento, organizada por varias entidades cívicas. En él, con un lenguaje accesible para todo público, se analiza de manera detallada el legado médico y humanitario del Dr. Hoffmann, quien, en tan ominosos días para la patria, supo alcanzar las alturas de la heroicidad.