Acabamos de conmemorar los doscientos años del Perú como nación, en un contexto convulso que nos remite, en cierta forma, a la conformación de la sociedad limeña; es decir, su estratificación social y las particularidades de cada grupo que la conforma.
En La ciudad sumergida. Aristocracia y plebe en Lima, 1760-1830, Alberto Flores Galindo aborda, de manera lúcida y clara, la composición de las clases sociales en un periodo que bien hubiera podido ser el caldo de cultivo para una revolución de gran magnitud, pero que, sin embargo, se vio influido por diversos sucesos que fueron dando forma a la separación de clases en la Ciudad de los Reyes, con matices raciales, pero también económicos.
Con la mirada puesta en «el entramado de la vida cotidiana», Flores Galindo nos ofrece una aproximación tanto cronológica como social, al delinear las miradas, los temores y el día a día de «los de arriba» y «los de abajo». Un tema que sigue vigente y que —esperamos— seguirá abriendo paso al diálogo en el país.