Los diarios, el gĂ©nero de la modernidad, se adaptan como un guante a la piel de cada autor. AsĂ, los hay intimistas, eruditos, filosĂłficos, quisquillosos, sociales, contemplativos, memorialĂsticos, lĂricos, mordaces, literarios⊠Aunque Adolfo Torrecilla habla de sĂ mismo, de sus lecturas, sus vicisitudes y su vida, lo mĂĄs sobresaliente de estos diarios es la cantidad de personas que circulan por ellos. Son unos diarios volcados al exterior y abiertos a los demĂĄs. Su tĂtulo, La suerte de conocerte, resume su contenido: la dicha de conocer a tantas personas que le han permitido descubrir aspectos inĂ©ditos de los demĂĄs, y tambiĂ©n de sĂ mismo.
Salen, ademĂĄs, libros y libros, observaciones y comentarios personales del autor, crĂtico literario, sobre las luces y sombras de la literatura contemporĂĄnea. No faltan recuerdos y sucesos de su vida profesional.
Estos diarios hablan tambiĂ©n del barrio donde el autor ha nacido y crecido, Vallecas, barrio de resonancias populares y, por desgracia, a veces, las menos, conflictivas. Y de muchas historias familiares, la mayorĂa contadas con sentido del humor.