Para Pedro Sevylla de Juana, quedar finalista en el premio Ateneo Ciudad de Valladolid, significó el inicio de Las Mujeres del sacerdote. Durante cinco años trabajó en el texto, modificándolo y enriqueciéndolo hasta convertirlo en la espléndida novela que es. Su vigésimo segundo libro, narra una historia cronológica, geográfica e intelectualmente fronteriza. Se desarrolla la trama en los días festivos de una Semana Santa de finales de siglo, y sucede en la raya de unión entre España y Portugal, una dehesa ribereña del río Gévora o Xévora. En ese espacio y en tal tiempo, los anfitriones y sus invitados ven como los acontecimientos irrumpen en sus vidas, gobernándolas. Los menestrales, autóctonos y emigrados, completan un grupo humano que bien pudiera representar a la sociedad actual.Las mujeres del sacerdote constituye un estudio sicosociológico y costumbrista, en el que la tierra extremeña, flora, fauna y cultura, juega un papel fundamental. Las pasiones ocultas afloran en ese particular escenario, impulsando a los protagonistas a romper los convencionalismos más arraigados. El amor y la muerte hacen acto de presencia persiguiéndose, justificándose, llevando la acción a la tragedia.Pedro Sevylla es, a más de narrador, ensayista y poeta; y poesía e investigación elevan y suavizan el tono del discurso, poniendo el lenguaje, preciso y lleno de belleza, al servicio de los valores humanistas. Todo ello hace de la novela una pieza importante de la nueva narrativa, la que pide fondo y forma, continente y contenido; forzando el concepto de novela aún vigente, evolucionándolo y completándolo.