"En 1988 había 8.284.300 asalariados en España. De ellos, participaron en la huelga general del 14 de diciembre un 95 por ciento. Treinta años se han cumplido ya de ese paro crucial, de la convocatoria de huelga más exitosa de toda nuestra democracia. España entera se paralizó. Las calles se vaciaron. La televisión, tras una cuenta atrás, se fue a negro. Fue un éxito sin precedentes y un duro golpe para la política del gobierno de González, que, con la promesa de la 'modernización', había tomado un rumbo neoliberal. El detonante fue un plan de empleo juvenil que pretendía imponer a los jóvenes contratos temporales sin causa, con bajos salarios y sin derechos colectivos, pero altamente bonificados para las empresas. La jornada del 14D ha pasado a convertirse en la huelga por antonomasia, en un símbolo del poder que pueden ejercer el mundo del trabajo cuando se organiza. Evocar el 14D tiene sentido para reivindicar el movimiento sindical en su defensa de los derechos laborales y sociales. La huelga y las negociaciones que siguieron lograron avances importantes: las pensiones no contributivas en España, la revisión anual de las pensiones según el IPC o el pleno derecho a la negociación colectiva de los funcionarios. Treinta años pueden parecer poco tiempo, pero en este nuevo ciclo, donde el capitalismo de la globalización está desplazando al viejo modelo industrial, el 14D plantea la viabilidad y la actualidad de la huelga hoy".