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Soy una madre que no sabía cómo tenía que enfrentarme a la justicia por tener un hijo que solo quería ser una chica y que, por sentirse diferente, su vida fue un infierno. Yo solo quería que fuera feliz y lucharé contra todo el que se meta con mi niña. Estoy segura de que mi mayor error fue meterla en el reformatorio, nunca me lo voy a perdonar, por todo lo que le hicieron en ese maldito lugar. Y las cosas que mi hija no me ha contado, pero yo sé que ella no es la misma.
Cada vez que la miro veo sus ojos llenos de dolor. Espero que me perdone.
Yo solo lo hice porque creía que era mejor para ella, pero me equivoqué.
No quería que estuviera en la calle con esos tíos que se aprovechaban de mi
pequeña. ¡Y todo por ser diferente!