Athenea ha muerto. Su cuerpo descansa sobre una cama de sábanas revueltas. Sus rizos pelirrojos se derraman como una mancha de sangre, o de salsa de tomate. Aquello podría ser el fin, pero Mehdi se niega a rendirse: acompañado de sus más fieles amigos, aún queda una última esperanza de frustrar los planes de su archienemigo. El viaje que emprenderá estará plagado de aventuras, persecuciones, guillotinas y violines, por lo visto. ¿Será posible impedir la venganza del Alquimista?