Nuestra percepción del mundo se basa en la atmósfera en la que habitamos, en esas ilusiones que surgen en los momentos más difíciles de la vida, aquellos en los que somos impulsados a cambiar y darle la vuelta al caos. Desde que mi hermana tuvo cáncer, no es la misma, ha marcado huella en todo su alrededor, pues quizás todo lo aparentemente malo se convierte en algo increíble. Solo hay que aprender a vivir, a disfrutar de tu propia atmósfera de ilusiones.