Juntos eran una combinación explosiva...
Nadie había conseguido echar el lazo al sexy Billy Cook desde que Kate Jenkins lo había vuelto loco con sus besos hacía trece años, poco antes de marcharse de la ciudad dejándolo con el corazón roto. De hecho, ella era la razón por la que él había prometido que jamás se casaría. Pero Kate había vuelto a Montana para dar a luz a su hijo y jurando que había sentado la cabeza. Y Billy no pudo evitar preguntarse si su promesa no habría sido demasiado apresurada...