Faruk Šehić ha ido escribiendo estos relatos durante años para ponerse a salvo de la guerra y de la vida. "¿Por qué alguien inventaría historias de terror cuando las vivió durante los años de la guerra? —escribe el autor— ¿De qué fantasía hablamos cuando todo lo que vivimos fue fantástico? En nuestro país, la literatura es a menudo más que la vida misma, porque es una combinación de maquinación y hechos irrefutables".
De este libro dice Miguel Rodríguez Andreu, traductor de su obra: "La supervivencia emocional oscila entre el encuentro con la belleza y la tragedia, y cada uno de estos cuentos es una apasionante reivindicación de la vida, incluso cuando se sabe que el único desenlace posible es la muerte". Cronista de los sueños y de lo real, Šehić nos vuelve a abofetear con su escritura empapada de dolor.