El interés sobre los niños nacidos prematuros y sus padres surge de una práctica iniciada en el año 1990 como psicóloga en una Unidad de Cuidados Neonatales e integrante del equipo de seguimiento de niños nacidos prematuros de la División de Neonatología del Departamento de Pediatría del Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires. Dicho seguimiento es realizado por un equipo multidisciplinario y la función del psicólogo consistía en un acompañamiento a la familia y sus hijos desde el nacimiento.
Por otra parte, la labor desarrollada desde 1972 como maestra de ciegos me permitió el acercamiento a las experiencias vividas por algunos padres y alumnos en las unidades de cuidado intensivo neonatal quienes relataban experiencias muy dolorosas en relación a la separación del niño y los avatares vividos durante la internación , situación agravada por el futuro incierto del niño. En aquel momento, la retinopatía del prematuro era una entidad médica poco conocida y los padres eran los que detectaban la pérdida parcial o total de la visión en los niños. Ello agravaba aún más las experiencias dolorosas del nacimiento prematuro. La integración al equipo de Estimulación Temprana del Servicio de Neurología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, me permitió el conocimiento de niños que, nacidos prematuros, quedaban con alguna secuela de origen neurológico o con cierto retraso psicomotor, que se lograba revertir con algunas sesiones de estimulación temprana.
Tanto en unos como en otros casos, los padres hablaban de la hospitalización en la Unidad de Neonatología y de sus dificultades para contactarse con un bebé pequeño y para poder llegar a conocer sus necesidades. Expresaban, además, los temores y las angustias vividas durante la internación y el alta del bebé. Las observaciones de la díada madre-bebé prematuro realizadas como parte de la formación en los Seminarios de Observación de Lactantes, coordinados por la Prof. Kamala Di Tella, permitieron a su vez, un registro de los pequeños detalles y signos corporales alrededor de los cuales la vida psíquica del bebé comienza a organizarse, como así también los sufrimientos corporales de estos bebés pequeños y sus padres.
La investigación realizada con niños nacidos con menos de 1500 gramos en el Hospital Italiano, en la que se evaluó el crecimiento corporal y los trastornos que pudieran perturbar los procesos de aprendizaje, dió lugar a ciertos interrogantes que hacen a la condición de la prematurez, y como estas primeras experiencias ligadas a un nacimiento antes de término, marcan el devenir psíquico y el desarrollo del niño además de las primeras interacciones con sus padres. respuesta dada por la mayoría).