Cualquier crisis individual o colectiva es una oportunidad para mejorar. Lograrlo depende de conocimientos, actitudes y valores que constituyen esa capacidad humana que permite salir fortalecido después de momentos difíciles. Y la pandemia que estamos viviendo es una de
esas crisis que demanda el uso de dicha capacidad. Lamentablemente pocas personas han comprendido que estamos frente a la posibilidad
de crear escenarios que nos permitan ser más humanos.
Los gobernantes, los empresarios, los ministros de educación y otros supuestos líderes envían mensajes o toman acciones para recuperar
la economía, nivelar a los estudiantes en lo académico, atender la vacunación, cerrar la brecha digital… pero, ¿es eso lo único importante?
Estamos olvidando responder a preguntas como: ¿Cuál es el estado emocional de las personas como consecuencia de la pandemia? ¿Cómo
lograremos una adecuada recuperación emocional? ¿Qué se hará con aquellos niños cuyos años eran cruciales para dar sus primeros
pasos en la convivencia con otros? ¿Cómo haremos para enfrentar la incertidumbre? ¿Cuáles son los aprendizajes que debiéramos generar
para ser más humanos?Respuestas a lo anterior se encontrarán en la obra presente. Carlos Aldana, de una manera respetuosa y humana, nos invita a reflexionar en relación con lo que estamos experimentando en esta pandemia y lo que se podría venir. Recurriendo a ejemplos y vivencias personales, insuma para crear o fortalecer esa conciencia individual y colectiva que permita entender la importancia de preparar una realidad diferente y con más enfoque humano. Su exposición provoca la búsqueda del equilibrio entre la certidumbre y la incertidumbre, la individualidad y la colectividad, el academicismo y el desarrollo socioafectivo, el silencio y el diálogo. La comprensión de lo anterior posibilita la preparación de un paisaje humano más prometedor.