Dos años atrás, Marianne se había sentido la mujer más feliz del mundo cuando Hudson le propuso matrimonio. Pero también se sintió atrapada por el escándalo: su padrastro le hacía chantaje, pretendiendo llegar hasta Hudson a través de ella. Y Marianne estaba dispuesta a hacer cualquier sacrificio por él, aunque eso implicara abandonarlo y desaparecer de la faz de la tierra.
Sin embargo, Hudson finalmente la encontró, y a pesar de los años transcurridos estaba decidido a hacerla su esposa. Sólo que en esta ocasión era orgullo lo que le impulsaba a hacerlo, no amor.