El libro explora la formación, evolución y limitaciones del Sistema Internacional de Control de Drogas (SIDC) centrándose en su lógica interna y las consecuencias de establecer una política pública de drogas única en un mundo cambiante y complejo. Propone un análisis crítico de los textos de las convenciones de drogas, enfatiza en la estructura interna del lenguaje, el significado, los sistemas conceptuales empleados y las asunciones implícitas en las formas de expresión de las convenciones.
El SICD, creado cuando los problemas de drogas psicoactivas eran bastante simples, no puede abordar eficazmente los complejos problemas actuales y no hay una política sencilla, ni una solución única para todo el mundo. El libro sugiere una (re)lectura que posibilite una reinterpretación y una flexibilización de las políticas acorde con el contexto actual.