Advertencia:
Lea bajo su propio riesgo. Este libro duele.
Pilar Quintana
Páginas adentro, un país se refleja en un espejo hecho trizas, como el país mismo; una familia descuelga cuadros de una pared en ruinas; el amor sigue siendo amor, aunque en la madrugada y bajo la lluvia se empapen algunos fantasmas. Páginas adentro, suenan canciones a bajo volumen y se escuchan silencios ensordecedores. Poemas, relatos, prosas breves, instantes y polaroids componen este libro escrito en tono íntimo. En Estaba en llamas cuando me acosté el autor recoge textos dispersos como migas de pan que han marcado un camino que solo sirve para perderse. Sinceridad, ternura, dolor y asombro asoman en este libro firmado por Juan Mosquera Restrepo. Hay quien se acerca a las palabras como quien se asoma a un abismo. Esta historia también se ocupa de mostrar cómo Eva desenreda los nudos y sale a flote reinventándose a partir de lo sucedido; es la constancia de un fenómeno producto de las nuevas posiciones de algunas mujeres frente a los lugares a ocupar, vivido por esta protagonista que se interroga y se contesta, regresa al pasado, titubea en el presente y sale airosa en un porvenir que tiene que ver con el hoy.
El lenguaje de Sandra es ante todo poético y, a veces, rotundamente opuesto a la acartonada forma de la prosa narrativa, es más el flujo del rio en su discurrir, donde la voz de Eva puede deliberar a su voluntad.