Extremófilo, traducida por Walter Romero, relata una inmersión en las grietas de las conciencias de un jefe de gabinete de un ministerio, de un soldado piloto de drones y de un joven científico que renunció a la investigación para trabajar para la industria. Las culpas y los sueños olvidados entran en diálogo, lo íntimo y lo político interfieren, y la dramaturga interroga la línea de falla geológica y humana.
Conexión Europa, traducida por Lil Sclavo, retrata a un joven lobista ambicioso que lo sacrificará todo —su familia y su ética— por el dinero y la búsqueda del poder. Se trata de una trayectoria fascinante que seguimos afiebrados por el combate que se desata allí entre el arribismo y la moral.