Cualquier pérdida es un proceso que de pronto nos coloca fuera de nuestra zona de confort. Esta es realmente la cuestión de fondo que sacude la realidad cotidiana. Representa un sentido de desestabilización que en un momento va a producir una percepción de que todo lo que es habitual está a punto de cambiar. Aun cuando se produce
en un aspecto concreto de la realidad, lo cierto es que va a generar movimientos en todo nuestro mundo.
En cualquier pérdida se atraviesa por un proceso de duelo. Por este medio, se produce una transición de lo que era a lo que será, siempre teniendo muy en cuenta lo que
está pasando en el presente. Esta es la lección imprescindible. Cómo ser capaces de avanzar a pesar de ello. Porque la realidad es que solo se puede avanzar. A pesar de todo, este factor es inevitable en la vida. Por mucho que lo pretendamos no estamos en condiciones de controlar todo, de gestionar todo, de saber todo. Es por esto que vivir en la incertidumbre con un cierto grado de confort, con confianza, sin miedo o a pesar de él, es el gran aprendizaje de cualquier vida.