No era normal que el prĂncipe Nico Cavelli perdiera el tiempo visitando a una turista en una celda. Excepto si aquella supuesta delincuente le habĂa robado algo muy personal: su hijo, heredero al trono de Montebianco.
Lily Morgan siempre supo que era un error ir hasta aquel reino mediterrĂĄneo, pero no habĂa tenido otra opciĂłn. Primero, habĂa sido encerrada en prisiĂłn por un delito que no habĂa cometido. Luego, el prĂncipe la habĂa ayudado⌠pero a cambio habĂa tenido que casarse con ĂŠl.