El proceso de auditoría en las organizaciones ha tenido, desde antiguo, un significado vinculado al entorno contable y/o financiero, entorno en el que se ha venido desarrollando hasta nuestros días. La auditoría también ha servido en muchas ocasiones para darle un sinónimo a la fiabilidad de los datos y resultados, a la minuciosidad en la comprobación de los procedimientos y al rigor en las conclusiones. En el contexto organizacional del siglo XXI se hace imprescindible ampliar la aplicación de la auditoría a otros procedimientos que participan en la estrategia, desarrollo y competitividad de la organización; recursos humanos es uno de ellos.