Aunque se debate cuĂĄndo y dĂłnde se originĂł exactamente la capoeira, una forma de arte que combina las artes marciales, la danza, las acrobacias, la mĂșsica y la espiritualidad, una cosa es segura: a principios del siglo XX Brasil era el Ășnico paĂs en el mundo en el que se jugaba a la capoeira, y era practicada principalmente por personas de ascendencia africana. En 1890, dos años despuĂ©s de que Brasil aboliera oficialmente la esclavitud, el juego fue prohibido. La sociedad rica y de piel mĂĄs clara temĂa y menospreciaba la capoeira, viĂ©ndola como un juego de âmalandrosâ, como llamaban las personas en el poder a las comunidades negras y pobres a las que despreciaban. Pero, a principios de la dĂ©cada de 1920 en la ciudad de Salvador, un hombre llamado Bimba abogarĂa por que la capoeira, y quienes la practicaban, fueran tratados con la dignidad y el respeto que se merecĂan. La prosa lĂrica y el adorado estilo de ilustraciĂłn de Duncan Tonatiuh, inspirado en los cĂłdices precolombinos, cuentan la historia de quien se podrĂa decir fue el mejor capoeirista de todos los tiempos, quien luchĂł para convertir una actividad afrobrasileña perseguida e incomprendida en un arte cĂ©lebre y practicado por millones de personas en todo el mundo. En 2014, UNESCO designĂł a la capoeira como un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, una distinciĂłn otorgada por su promociĂłn de la integraciĂłn social y la memoria que guarda de la lucha contra la opresiĂłn histĂłrica.