La fiesta de un fauno es un viaje en el tiempo y en la literatura hacia un palacete porteño envuelto en obsesiones juveniles, empresarios pioneros y mucho sexo.
"Un par de semanas atrĂĄs, venciendo sus prejuicios, o decidiĂ©ndose a reemplazarlos por condenas promulgadas con todas las de la ley, KĂ€te le habĂa rogado a su marido que la llevara a uno de esos bailes nocturnos en las zonas inundables. No la inducĂa solo la curiosidad o el morbo, sino tambiĂ©n la oscura intuiciĂłn de que ese submundo escondĂa algo trascendente que acaso merecĂa ser iluminado, o incluso resultara iluminador".
Se dice que la primera pelĂcula porno de la que aĂșn queda una copia se filmĂł en Argentina a principios del siglo pasado. El joven Eugene O'Neill vio con sus propios ojos el cine subido de tono con que se entretenĂan los mari-neros en el puerto de Buenos Aires. Por esa Ă©poca visitĂł tambiĂ©n el paĂs el mayor bailarĂn de todos los tiempos, Vaslav Nijinsky, para interpretar en el ColĂłn su escandaloso fauno, que es precisamente el tema de aquella cinta prohibida.
En esta novela, Ariel Magnus hace que estos personajes se acoplen, suma a la orgĂa a sus propios bisabuelos alemanes y se atreve a contar, sin censura de ningĂșn tipo, cĂłmo pudo haber sido aquella filmaciĂłn explĂcita.