Ni siquiera el poderoso jeque Ben Ali pudo negarse cuando su familia le indicĂł que le habĂa llegado la hora de casarse. Por eso le ordenĂł a su eficaz ayudante, Emily Claybourne, que le buscara una novia. Sin embargo, poco a poco fue descubriendo que la fiel Emily era perfecta para aquel papel.
Sencilla y prĂĄctica, era la clase de mujer que el jeque podrĂa manejar a su antojo. Pero nunca habĂa esperado que su inocente novia le llegara al corazĂłn.
Cuando Emily le dio el «sà quiero», él vio una emoción brillando en los dulces ojos de ella que lo domó⊠y que incluso amenazaba con ganarle el corazón.