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La tumba del cosmonauta

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Era la URSS quien iba a ganar la carrera espacial, pero una muerte lo cambiĂł todo.

UniĂłn SoviĂ©tica, invierno de 1966. En una taberna perdida de la Siberia oriental, un piloto de combate alcoholizado llamado Grigori Nelyubov intenta contar a todo aquel que quiera escucharle sus dĂ­as gloriosos de cosmonauta como compañero del gran hĂ©roe nacional Yuri Gagarin. «Yo pude ser el primero», afirma con un vaso de vodka en la mano. Pero nadie lo toma en serio, todos se burlan de Ă©l. Todos excepto una atractiva viuda con aspecto de campesina, la Ășnica que se acerca hasta su mesa. «CuĂ©ntame tu historia, soldado», le pide mientras se sienta a su lado. Unos dĂ­as mĂĄs tarde, el cuerpo sin vida del piloto aparecerĂĄ junto a las vĂ­as del ferrocarril tras una tormenta de nieve.

MoscĂș, 1986. Veinte años despuĂ©s, FiĂłdor MartĂ­nez-Myasishyev, un periodista ruso de orĂ­genes españoles que trabaja para el diario Izvestia recibe un encargo de su director, escribir un artĂ­culo conmemorativo sobre la historia del primer ser humano en alcanzar las estrellas. Gracias a la tĂ­mida apertura polĂ­tica que empieza a impulsar el nuevo Secretario General del PCUS, MijaĂ­l Gorbachov (la denominada perestroika), FiĂłdor comienza una investigaciĂłn en los viejos archivos del ministerio, una bĂșsqueda que le llevarĂĄ a descubrir, casi por azar, una serie de fotografĂ­as manipuladas, asĂ­ como la posible existencia de un cosmonauta desaparecido del que nadie ha oĂ­do hablar jamĂĄs, un rostro sin nombre al que empieza a denominar X-2. La obsesiĂłn por esta bĂșsqueda acabarĂĄ conduciĂ©ndolo, sin apenas desearlo, hasta un capĂ­tulo oscuro de su pasado familiar.

La crĂ­tica dice:

«Nelyubov se ha convertido en la pieza central de La tumba del cosmonauta, una novela de ficciĂłn histĂłrica profusamente documentada en la que, a travĂ©s del caso de este cosmonauta perdido, reconstruye la carrera espacial, las luchas de poder en el seno del Gobierno soviĂ©tico, las tensiones entre Washington y MoscĂș, las duras condiciones a las que se tuvieron que enfrentar ingenieros, tĂ©cnicos y pilotos para conseguir la gran gesta de la aeronĂĄutica: el primer ser humano en viajar al espacio exterior el 12 de abril de 1961 era ruso.» El Confidencial