Aquélla fue la llamada que habría deseado no recibir jamás Dylan Malloy había perdido toda la familia que tenía.
Su hermana y su cuñado estaban muertos y su bebé prematuro luchaba por sobrevivir en un hospital de Wyoming.
El inquieto fotógrafo no tardó en acudir junto a su sobrino, pero al llegar allí descubrió que la custodia del pequeño Timmy no le correspondía a él. No comprendía cómo su adorada hermana no le había dejado a él la custodia del niño… sino a su amiga Shaye Bartholomew.
Shaye quería muchísimo a Timmy, eso era evidente, pero Dylan no estaba dispuesto a renunciar a él sin luchar… ni tampoco podía negar la química que existía entre él y la mujer que se interponía en su camino.