El buen instructor de ciencias no se limita a enseñar su especialidad, sino que también despierta el sentido crítico, alertando contra los lobos que, disfrazados con piel de oveja, se meten en el rebaño científico. Esto es lo que viene haciendo Ricardo Cabrera con eficacia y humor: enseñar a detectar las pseudociencias en medio de esa enorme masainforme de información y deformación que le llega al estudiante no sólo en el aula sino, y principalmente, en la intimidad, a través su dispositivo electrónico favorito para desconectarse de la realidad y perder el tiempo sin perder la cara.