Tú eres tu propio maestro y tu propio enemigo
Descubre los misteriosos caminos que el zorro emprende mientras busca respuestas sobre su origen y destino. Una narrativa fascinante que explora temas de identidad, destino, autodescubrimiento, transformación, resiliencia y conexión con el mundo que nos rodea, luego de visitar cincuenta y seis países.
«Mi tiempo y tu tiempo no están garantizados, lo único garantizado es lo que tenemos y somos hoy».
Es muy triste estar en la mitad de tu vida y no saber, como la cebra, si eres blanca con rayas negras o negra con rayas blancas. La vida es muy corta y mientras lees esto ya te queda medio capítulo de ella. Sin lodo no hay flor de loto. Esta afirmación significa para mí el poder entender cómo fue mi vida hace unos años, antes de que escribiera El zorro que aprendió a volar. Que la limpieza de esta flor en sus pétalos, a pesar del entorno difícil y pantanoso del que nace, te invite a aceptar que siempre —lo queramos o no— podemos renacer bajo la pureza física y espiritual. Camina conmigo por el mundo: ríe, llora, vive los momentos perfectos que no vuelven ni se repiten. Sé testigo de cómo el sueño se encuentra con el soñador y dónde, cómo y cuándo descubrí que el combustible más potente que se tiene para hacer lo que te gusta, se llama «pasión». Prepárate y sumérgete en las cosas simples y sencillas de la vida, que están más cerca de lo que te imaginas y que dejamos de ver porque creemos que la felicidad está afuera de nosotros; para hablar de felicidad debemos tener en cuenta estos principios:
1.- El tiempo
2.- El momento presente
3.- La intención
Y ahora pregúntate: ¿Qué te hace feliz? ¿Y qué has hecho para activarlo? Te doy una buena noticia: la felicidad ya la tienes dentro de ti. Por tal motivo, ¡vive y sé feliz!
«La mente no tiene color ni forma, pero es peligrosa. Por eso tú eres tu propio maestro y tu propio enemigo».