Este museo de nostalgias, como todos los museos que amo, es un lugar que responde las preguntas del corazĂłn. Siempre he creĂdo que las cartas, aunque vengan de una experiencia personal, son capaces de reflejar un sentimiento colectivo. Nos vemos reflejados en palabras ajenas (o mĂĄs bien prestadas) y asĂ entendemos que en el fondo somos iguales: humanos que navegan el mismo miedo. Por eso naciĂł este museo, una colecciĂłn de cartas sin remitente ni destinatario, para desprender y entregar.
En mi museo caben todas las nostalgias. Estas cartas estĂĄn hechas con retazos de mi cuerpo y llevan un pedacito de cada persona que he amado, reflejan lo que me digo todos los dĂas y lo que quisiera que me dijeran. Hay cartas para quienes solo vi una vez, para quienes no las merecen, para quienes han tenido que empezar de nuevo y para quienes creen que ya no pueden mĂĄs. Para ti, estoy segura, hay mĂĄs de una.