"La raza de jueces que habita ese edificio nauseabundo, enclavado en el puerto, no se amilana con poca cosa. Solo una catástrofe en ciernes podía conmover los nervios de acero de Balaguer, un viejo zorro judicial con la piel curtida y llena de cicatrices".
Las entrañas de Comodoro Py se retorcieron cuando emisarios de ese gobierno anodino y sin épica pusieron ante las narices de cada juez y cada fiscal la carpeta correspondiente a su historia. No pretendían sus renuncias, solo sus servicios.
Andrés Balaguer sospecha que, esta vez, no saldrá indemne. Lleva más de veinte años manipulando las pruebas y la ley y ahora avizora un destino ominoso para él y sus colegas. Sin perder tiempo crea un plan y se lanza a realizarlo con audacia: un último servicio como juez federal, antes de esfumarse para siempre.
Pero Py significa más que jueces, fiscales y operadores políticos. Los periodistas también tienen un rol protagónico, que a veces los lleva a mimetizarse con las prácticas que encierran las heladas paredes del viejo edificio. Paula Brest se da el lujo de ejercer un periodismo diferente y nunca pensó que caería atrapada en las mismas redes que todos los demás. Afortunadamente ahí está Antonio Mauad, dispuesto a aceptar el desafío profesional y a desplegar todo su arsenal para salvarla del infierno.
Con un conocimiento profundo del sistema de administración de la ley y sus innumerables vericuetos, Mariano Silvestroni narra sin contemplaciones una historia que atraviesa la realidad política y judicial argentina. Py es un atrapante thriller legal con todos los ingredientes propios del género, a la vez que una exploración de la fragilidad humana frente a las arbitrariedades del poder.