Muchas personas sueñan con una vida sin estrés, pero eso no es posible.
Este suele sentirse cuando perseguimos metas que son importantes para
nosotros, cuando elegimos una existencia que implica crecimiento.
Para regular el estrés hay que aumentar, aunque sea un poco, los
momentos de serenidad, plenitud o alegría y hacer que los periodos de
malestar sean menos frecuentes, menos intensos y de menor duración;
para lograrlo debemos aprender qué le sucede a nuestro cuerpo y mente, y
qué acciones nos pueden ayudar en momentos de tensión.