En las postrimerías del siglo XIX, el relato corto en lengua inglesa experimenta un notable auge no sólo en su proliferación como género cada vez más atractivo, sino también en su enorme potencial para la innovación y transgresión de las formas narrativas tradicionales. Muestra de ello son las voces múltiples y renovadoras de autoras que recurren a este género para diversificar, redefinir y hasta transgredir las convenciones de la narración clásica victoriana mediante un experimentalismo que pervierte las categorías mismas de voz, género y narrador. Esta antología reúne precisamente una polifonía de voces femeninas que transforman la narrativa breve en un espacio radical de performatividad identitaria donde se desdibujan por completo las fronteras dicotómicas de género y sexualidad a partir de unas figuras narratoriales deliberadamente ambiguas. Vernon Lee, George Eagerton, Victoria Cross, Ada Leverson o Edith Nesbit se dan cita en esta compilación a fin de ilustrar con sus historias cómo el relato breve se traviste, subvierte la figura del narrador en primera persona y convierte el acto narrativo en una "performance" de identidades móviles, inestables e incluso amenazantes.