ÂťSin monedas para el barquero nos fuerza a un juego de colisiones, entre realidad e imaginaciĂłn, en que el autor amenaza con rasgar la mĂtica cuarta pared del multiverso ficcional, y expone su propia versiĂłn âde su propia carne y alma producidaâ de la tortuosa y alquĂmica naturaleza del creador literarioÂť.