Amanece en Gardaya, una ciudad perdida en medio de la inmensidad del Sahara. En la penumbra de un cuarto de hospital, Anaïs observa el cuerpo inerte de Tomás, su novio, que lleva tres días en coma. Mientras transcurren las horas cargadas de incertidumbre, Anaïs empezará a evocar, como una Sherazade moderna, las historias que los dos han vivido en el último año, desde el momento en el que abandonaron París para lanzarse sin mapa a explorar los misterios del continente africano. De su memoria brotarán las trochas del desierto, las noches que durmieron a la sombra de un baobab, el planchón que los llevó a la mítica Tombuctú. Pero también saldrán a la luz todas las dudas y miedos de Anaïs, que la llevarán a cuestionar su lugar en el mundo. ¿Por qué realmente viajaron a África?, ¿podrá sobrevivir la relación después de tanto trecho recorrido?, ¿hasta qué punto se puede confiar en los recuerdos? Suave como la muerte es un viaje sensual y evocativo por los senderos de la memoria, una indagación de los lazos que nos atan a otras personas y, al mismo tiempo, una aguda reflexión sobre cómo cada uno tiene el poder de narrar a su manera la historia de lo que le tocó vivir.