Te espero los domingos:
"—Es inaudito. Asqueroso. Jessi siempre fue una muchacha honesta. ¿Por qué ahora? ¿Qué espera de ese hombre?—no cesaba en sus paseos. Era un tipo delgado y esbelto y no tendría más allá de los treinta años y hacía escasamente uno que se había casado—. No pienses que míster Oliver va a pedir el divorcio. El vive con su mujer, ¿no? Lo sabemos todos. Pero eso de que por tener tanto dinero también quiera tener una amante joven, está fuera de toda lógica humana y yo tengo que hacer algo. ¿No estás de acuerdo en que haga algo, Martha?
La mujer se dignó levantar los ojos.
Miró las pulidas uñas y después a su marido.
—Es mayor de edad—adujo—. Por mucho que tú hagas."