Noche tras noche tu imagen seguirĂĄ asaltando mi cabeza. Y es que cuando anochece no puedo evitar comerme el techo pensando en ti, en lo que me gustarĂa tenerte tumbada aquĂ conmigo. OjalĂĄ seguir viendo esa mirada cĂłmplice, ese silencio que radiaba amor, calor del que significa hogar. Eras magia, la Ășnica capaz de cambiarlo todo con solo una sonrisa. No estĂĄs, ni lo harĂĄs. Una vez mĂĄs abro las notas del mĂłvil y empiezo a escribir «todo lo que no te pude decir». Y aunque no quieras escucharme, quizĂĄ algĂșn dĂa me leas en alguna parte. Espero que entiendas entonces que vivĂa por y para ti.