DejarĂa de trabajar en el infierno enseguida
Drusilla Bennett estaba dispuesta a recuperar su vida y a irse muy lejos del demonio, quien, por el momento, estaba disfrazado de su jefe. HabĂa reunido el valor para presentar su dimisiĂłn.
Hasta ese momento, nada habĂa conseguido tomar por sorpresa a Cayo Vila. AdemĂĄs, la palabra "no" no estaba en su vocabulario. Por eso, la dimisiĂłn de la mejor secretaria que habĂa tenido era, sencillamente, inaceptable.
Dru habĂa oĂdo hablar de su implacable atractivo, pero cuando lo dirigiĂł hacia ella, entendiĂł perfectamente por quĂŠ era tan difĂcil negarle algo a Cayo Vila.