La pandemia y el confinamiento causados por la Covid-19 impactaron en todos los órdenes de la vida: la salud, la vida familiar, la economía, el trabajo, las costumbres sociales, e incluso en nuestro mundo interior y nuestros valores. Actuó como un espejo, devolviéndonos una imagen sobre nuestros sistemas políticos, económicos, sociales, culturales, de salud, de educación, sobre nuestra escala de valores personales, también sobre la interdependencia que tenemos, como seres vivos que somos, respecto del medio natural. Tomamos una mayor consciencia de nuestra interdependencia y común humanidad.
Siendo más conscientes de todas estas dimensiones, que ahora conocemos mejor —aunque sea por haber perdido la sensación de normalidad— podemos decidir salir de nuestras rutinas y zonas de confort y realizar cambios en nuestros sistemas de vida. Cambios que puedan ser útiles para vivir en medio de nuevas olas y rebrotes de esta pandemia, u otras que puedan venir en el futuro, para pensar integralmente y para aprender y desarrollarnos medioambientalmente, culturalmente y existencialmente. Para vivir en la post-pandemia dando centralidad a nuestra común humanidad. El reto de aprender y de vivir hoy.