A ciento cincuenta pulsaciones por minuto
ÂżCrees que todo lo que empezĂł con un beso continuarĂĄ con un beso? Supongo que a estas alturas ya me conoces bastante, aunque sĂ© que hay cosas que no entiendes sobre mĂ y que a veces, incluso, puedo llegar a caerte mal. De verdad que lo siento, pero no puedo evitar ser como soy. Ante dicha afirmaciĂłn, Chase tendrĂa mucho que decir, Âżverdad? En resumen, empiezo esta etapa de mi vida con mucha incertidumbre y con una sola certeza: me he enamorado de Ă©l, aunque no se lo haya dicho. Ada, mi mejor amiga, me ha aconsejado que recorra este camino con sinceridad, pero para mĂ no es tan fĂĄcil liberar ciertas palabras, abrir mi pecho y mostrar cĂłmo soy en realidad, ya lo sabes. ÂżQuĂ© va a pasar? No tengo ni la mĂĄs remota idea; depende de Chase, de ella y tambiĂ©n de mĂ, porque he descubierto al hombre que era mi amigo y me temo que ha llegado el momento de perdernos o encontrarnos para siempre. OjalĂĄ nos encontremos. OjalĂĄ sepamos hacerlo. OjalĂĄ le permita hacerlo.