Bordes

Raymundo Betancourt es el ciudadano modelo: profesionista honesto y responsable, solidario y comprometido con el bienestar de su comunidad. Pero como la vida no sĂłlo es trabajo, tambiĂ©n se permite dos sencillos placeres cotidianos: los chicles de canela y las niñas que mantiene secuestradas en su sĂłtano. El monstruo pentĂĄpodo nos enfrenta sin ambages ni eufemismos con la mente oscura del asesino, del psicĂłpata adorable y manipulador ante cuyos encantos sucumbiĂł AimeĂ© –otra "pequeña", pero a su modo- hasta el punto de volverse cĂłmplice a cambio de un poco de amor. Liliana Blum es tan hĂĄbil como despiadada. No se toca el corazĂłn para empujar al lector al foso donde habita esa bestia con piel de ĂĄngel que se esconde a plena luz y que podrĂ­a ser tu vecino, o el mĂ­o, o el de cualquiera