TESTIMONIOS Y VIVENCIAS
Cuando la muerte te toca tan de cerca que se lleva a tu hijo, te enseña a aceptar la vida en todas sus versiones. La muerte me sorprendiĂł y mi mundo se paralizĂł, ya nada importaba. La muerte me hizo enfrentarme a la vida, me recordĂł que seguĂa viva. Vida y muerte unidas para ayudarme a transitar en mi viaje, para enseñarme a amar y a aprender a vivir en ese amor que soy. Aunque sean muchas las veces en las que quiera rendirme, sigo levantĂĄndome. Siento que estoy herida y tambiĂ©n que soy amor. Entonces vuelve a despertar mi deseo de trascender y es asĂ cĂłmo las ganas de dejarlo todo se evaporan. Observo la vida y observo la muerte. La vida con sus posibilidades infinitas para recordarme para quĂ© estoy aquĂ. La muerte como una compañera de viaje que me hace valorar la vida con toda su grandeza y su crudeza. La vida puede proporcionarte retos para que consigas convertir tus silencios en grandes diĂĄlogos internos. Cultivar una fe que te vuelva inquebrantable y te llene de grandes dosis de amor y compasiĂłn para poder perdonar. Una vida en la que llegar a sentir gratitud por poder reconocer lo que eres. Yo tuve que morir para poder llegar a situarme en este punto. Los quemueren siguen formando parte de tu existencia, aunque de manera inmaterial. Si no le pones lĂmites a la vida y vuelves a sonreĂr, les colmarĂĄs de felicidad. Tuve una vida maravillosa junto a DarĂo. Por eso elijo vivir y prefiero hacerlo integrĂĄndolo en mi vida para que no sea Ă©l quiĂ©n me eche de menos a mĂ, haciĂ©ndolo partĂcipe de mis dĂas. Quiero continuar y no rendirme jamĂĄs. Sigo respirando gracias a su amor eterno.